"Quien se llega al agua a disgusto, siempre llena el cubo con agua sucia.
Todos recordamos Ruanda como un país africano marcado por la sangre de imponentes masacres étnicas. Las tribus de los Utu y de los Tutsi se enfrentaron sin piedad, tratando de destruirse mutuamente y de destruir incluso sus culturas. Un misionero que ha vivido muchos años en aquella tierra, encantadora por otra parte, me habla de las tradiciones indígenas, de la vida cotidiana y de sus valores expresados a través de la sabiduría popular. Me cita el proverbio que propongo como signo de la universalidad de muchos valores morales.
Padres y educadores saben lo que significa tener muchachos muy inteligentes, pero también extremadamente indolentes. Cuántas dotes perdidas por inercia. Impresiona siempre ver grupos de jóvenes arrastrarse cansinamente horas y horas sin meta, sin el más mínimo gusto por nada, sin objetivo alguno.
El agua limpia contenida en ese recipiente que son las capacidades y las ocasiones de actuar, pronto se enturbia y se tira. La sabiduría africana, más que de pereza, habla de «no querer», de «malquerer». Aspecto subsecuente del que lamentablemente somos testigos a todos los niveles es el gesto resignado, con actitud desganada, mostrado incluso cuando se trata de un deber. Un triste estilo que impera en los servicios públicos y en la vida privada". (Ravasi)
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