miércoles, 31 de agosto de 2016

9 Ideas clave para transformar la formación permanente del profesorado

La prioridad es reflexionar sobre la calidad y eficacia de las actividades formativas, en sus diferentes modalidades, que estamos ofreciendo a los profesores con el objetivo de cambiar su diseño metodológico y asegurar su impacto en el aula. Para ello, se presentan a continuación 9 ideas clave:
1. Los contenidos de las actividades formativas deben de ser una herramienta para aprender y no una finalidad en sí mismos. Una de las propuestas de la Comisión Europea sobre las competencias profesionales docentes se refiere al conocimiento de la materia impartida y su didáctica, lo que implica un profundo conocimiento de su contenido y de su estructura. Es evidente que los contenidos no son suficientes si no llevan asociados un plan de actividades, que lleven a un trabajo final de aplicación directa de los contenidos aprendidos en el aula. Es decir, deben desarrollar las competencias profesionales docentes, que son combinaciones complejas de conocimientos, habilidades, perspectivas, valores y actitudes;  que ayudan a realizar las tareas de la función docente de forma efectiva, alcanzando los resultados deseados; y eficiente , optimizando recursos y esfuerzos.
2. Las actividades formativas deben facilitar a los profesores el desarrollo y evaluación de las competencias clave de los alumnos. La recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006 considera que “las competencias clave son aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo.
3. No menos importante es la integración de los medios digitales en las actividades formativas, asegurando así el desarrollo de la competencia digital docente del profesorado. Estamos inmersos en una sociedad digital, por tanto esta competencia docente es ya una exigencia.
4. Las actividades formativas deben facilitar la creación de comunidades de práctica para que los profesores colaboren y trabajen juntos. No podemos seguir orientando las actividades formativas al profesor individual, hay que ampliar el objetivo a equipos de profesores para que se generen proyectos de innovación educativa en los centros y exista un movimiento transformador.
5. Otra inquietud tiene que ver con las modalidades de las actividades formativas. Hasta ahora las modalidades de formación han sido: cursos presenciales, cursos en línea, seminarios y proyectos de formación en centros, las dos primeras modalidades se han centrado más en la formación individual del profesor y los seminarios y proyectos de formación los hacen grupos de profesores del mismo centro educativo. Para desarrollar la competencia digital de los docentes, facilitar la creación de comunidades virtuales de práctica y la creación de recursos educativos abiertos, es necesario incluir nuevas modalidades de formación.
6. Todos las modalidades de formación deben tener una parte en línea y todos los cursos en línea una parte presencial. Los cursos semipresenciales son una modalidad de formación donde al menos un 30% de la actividad se desarrolla en un espacio virtual, esta modalidad permite la metodología “Flipped Clasroom” para que los profesores trabajen en la parte presencial el plan de actividades, facilitadas por el ponente, con los contenidos alojados en un espacio virtual. Los seminarios y los proyectos de formación para la innovación en los centros educativostambién deberían disponer de un espacio virtual propio.
7. Las actividades de aprendizaje social en redlos entornos de aprendizaje personal (PLE) y los cursos masivos abiertos en línea (MOOC) son modalidades de formación en las que deben participar los profesores, porque ofrecen posibilidades novedosas de formación, colaboración y desarrollo profesional, asociadas a la puesta en común de experiencias y recursos educativos mediante el uso de las plataformas digitales que lo faciliten. Es necesario aprender a trabajar en nuevos espacios virtuales y saber manejar las redes sociales como potente herramienta de comunicación y colaboración.
8. Hay que introducir cambios en los modelos educativos vigentes para mejorar. Si no hay preguntas y crítica sobre lo que se viene haciendo, no existirá cambio, ni mejora y mucho menos innovación. La innovación tiene que ser sistémica: poco pero todos. La innovación surge cuando hay una necesidad y profesores que aceptan el reto de cambiar las cosas, no es una actividad puntual sino un proceso que afecta a todos. Innovar en educación es situar al alumno como protagonista. Aprendizaje centrado en el alumno, aprendizaje auténtico y aprendizaje personalizado.  
9. Si queremos innovar cambiando el rol del profesor con un modelo de enseñanza centrado en el alumno y utilizando metodologías activas para el desarrollo de las competencias clave, necesitamos nuevos recursos educativos más innovadores que permitan la personalización del aprendizaje. Tenemos que ofrecer al profesor estos recursos educativos innovadores que les permita transformar  su centro educativo.

Trata de no llamar inteligentes sólo a quienes piensan como tú.

Inteligentes



A veces, para encontrar la frase-guía de nuestra reflexión diaria recurro a la técnica que proponen algunos –muy peligrosa– para la Biblia: abrir al azar y leer (para luego ponerlo en práctica). En el caso de los libros comunes la cosa es menos sospechosa y hasta provechosa. Así, he abierto al azar un volumen de un conocido periodista y escritor de hace años, Ugo Ojetti (1871-1946), titulado Sesenta, y he encontrado de golpe la frase del comienzo. Sencilla, llana, dice una verdad casi obvia pero muy poco tenida en cuenta. A todos nos ha pasado el alabar y apreciar, casi espontáneamente, a algunas personas, y con frecuencia con razón. Sin embargo, si se profundiza bien, se podría descubrir que la admiración inmediata nace por el hecho de que tales personas te dan la razón o, lo que es peor, te adulan, porque te da tranquilidad o por conveniencia. Entonces, conviene esforzarse en buscar y encontrar las razones de quienes no piensan como tú. Algo totalmente ausente en los debates televisivos donde la única preocupación es la de atacar al otro, refutando e ignorando sus argumentos. Esta actitud de desprecio no solo no es cristiana, sino que es humanamente indigna. En esta línea, transcribo dos frases complementarias para que el lector las medite. «El inteligente trata de instruirse, el estúpido de instruir» (Anton Chejov). «Escucha lo que el otro dice. Escucha todo lo que el otro dice. Escucha antes lo que el otro dice» (Bruce Marshall). (Cardenal Ravasi)

martes, 30 de agosto de 2016

Una de algo muy español y relacionado con lo que ocurre en nuestra Madre Patria.

La envidia

Indudablemente la envidia es una enfermedad, como los celos. Probablemente la única medicina sea una dosis sustanciosa de humanismo y autocrítica. ¿Dónde está la farmacia que la venda? ¿Y cuándo fue la última vez que encontré a alguien capaz de tomarse el pelo?

Benjamins bok (1997) / El libro de Benjamin, del escritor finlandés en lengua sueca Bo Carpelan (1926-2011), es una especie de diario del protagonista que con lucidez y finura medita sobre la cotidianidad, la vejez, los hijos, los recuerdos, la política, el tiempo... He escogido esta breve nota sobre la envidia, una enfermedad del alma que se desposa con el orgullo y tiene por hermanos los celos y por hija la infelicidad. Las dos preguntas formuladas por el escritor centran el blanco. Es difícil encontrar un antídoto que vacune de esta enfermedad porque nadie produce por sí mismo autocrítica o auto-ironía. Encontrar una persona que sepa criticarse y no tomarse en serio a sí misma es muy difícil, por no decir imposible.  Y así, la envidia cunde en rencor, hastío, animadversión, perfidia. Todos somos víctimas y verdugos de la envidia y por esto nunca vigilaremos suficientemente sobre nuestra conciencia. Moravia, en una de sus historias, usaba una hermosa imagen: «La envidia es como una pelota de goma que cuanto más la aplastas luego salta más arriba». Por esto hemos de ser realistas y no engañarnos creyendo que estamos inmunes a este vicio. Intentemos por lo menos tratarlo con un poco más de respeto y de objetividad. Como decía Carpelan: «no pongáis el ideal muy alto, sino solamente algunos centímetros por encima del pesimismo». Solo así se empieza a lograr alguna pequeña victoria. (Ravasi)

lunes, 29 de agosto de 2016

Pajas y perlas

PENSANDO EN EL PRINCIPIO DE CURSO.

Los errores, como pajas, flotan sobre la superficie; quien busca perlas debe sumergirse en lo profundo.

Quizá la frase la vea representada simbólicamente ante sus ojos quien disfrute del último domingo de vacaciones. La idea es clara y no precisa de muchas aclaraciones. Desgraciadamente es mucho más fácil recoger las pajas que las perlas y la biografía de cada uno confirma esta obvia reflexión. No obstante, quiero fijarme, precisamente, en la perla que se conquista con esfuerzo. Lo que en nuestros días no es nada frecuente es el esfuerzo duro y constante por evitar los errores. Nos dejamos arrastrar un poco inconscientemente a la deriva, convencidos de que los errores luego no tienen mucha importancia. Así, al final, las pajas ofuscan la dignidad de la persona. En cambio, la honradez es fatigosa, se conquista con la práctica, yendo a contracorriente de la costumbre y del “todos los hacen”, precisamente como el pescador de perlas, que tiene que ir en contra de las leyes de la gravedad para obtener su tesoro. El primer nivel de esta educación de la conciencia lo recordaba Gandhi: «Está bien confesar los errores propios porque así nos volvemos más fuertes». Pero, luego, queda un largo ejercicio de conquista de la virtud, del dominio de sí, de formación del carácter. Solo así, al final, se descubre la alegría de la justicia y de la verdad. (Ravasi)


(All for Love John Dryden. Poeta ingles.1678).

lunes, 22 de agosto de 2016

Dar y poseer

De todo lo que tendré, no seré ni avaro guardián ni pródigo despilfarrador. Ni creeré poseer, sobre todo, más que las cosas dadas.
Daré antes de que me pidan, incluso me anticiparé a las justas peticiones. Si vivo así, las riquezas serán mías; de lo contrario yo seré poseído por mis riquezas.



Imaginaron, incluso en la antigüedad, la existencia de una correspondencia epistolar con san Pablo, tanta era la estima que los cristianos tenían por Séneca, filósofo latino, nacido en Córdoba en el año 4 a. C. y muerto, por suicidio, en Roma el año 65 d. C. tras ser condenado por Nerón, queriendo demostrar con su gesto la independencia y la libertad que el sabio debía tener respecto del poder. Un lector me envía estas frases entresacadas de entre las 124 cartas que Séneca dirigió al amigo Lucilio (al menos las que se conservan). El tema dominante es el del don y el desapego, fruto del pensamiento estoico, pero exaltado también por el cristianismo. Especialmente significativas son dos frases. La primera: poseo de manera auténtica no las cosas que retengo ávidamente, sino las que doy. Dar a los otros es enriquecerse uno mismo. Es la paradójica ley evangélica del perder para encontrar. O la contenida en el dicho de Jesús citado por Pablo: «Hay más felicidad en dar que en recibir» (Hch 20, 35). Un puyazo al ansia de posesión, de enriquecimiento desenfrenado, de apego morboso que al final genera solo pesadillas y vacío interior. Y está la otra observación: hemos de dominar nuestros bienes, usándolos como instrumentos y no transformándolos en ídolos que nos dominen y nos subyuguen. Incluso el escritor ateo francés André Gide señalaba que «todo lo que no se es capaz de dar, al final nos posee». (Ravasi)

TRIPLE FILTRO PARA VIVIR: VERDAD, BONDAD, UTILIDAD

En la Antigua Grecia, Sócrates era conocido por su sabiduría. Un día un conocido se vio con el gran filósofo y dijo:

-- "Sócrates, ¿sabes lo que acabo de oír acerca de un amigo tuyo?".
-- "Espera un minuto", replicó Sócrates. "Antes de decirme nada me gustaría que pasaras un pequeño test. Se llama el test del triple filtro".
-- "¿El triple filtro?"
-- "Eso es", continuó Sócrates. "Antes de que me digas nada sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que me vas a decir.

El primer filtro es el de la Verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que me vas a decir es verdad?".
-- "No", respondió el hombre, "Solamente acabo de escucharlo y...".
-- "Está bien", dijo Sócrates. "Así que realmente no sabes si es verdad o no.

Ahora el segundo filtro, el filtro de la Bondad. ¿Es bueno lo que me vas a decir sobre un amigo mío?".
-- "No, todo lo contrario...".
-- "Así que", continuó Sócrates, "tú quieres decirme algo malo sobre él, pero realmente no sabes si es cierto.
Bueno, aun puedes pasar el filtro, porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Es lo que me vas a decir de mi amigo útil para mí?".
-- "No, realmente no".
-- "Bien", concluyó Sócrates, "si lo que me quieres decir no sabes si es verdad, si es bueno o incluso útil, ¿por qué quieres decírmelo?".

SENCILLEZ


¡Sencillez, hija fácil / de la felicidad! / Sales, lo mismo, / por las vidas, que el sol de un día más, / por el oriente. Todo/ lo encuentras bueno, bello y útil, como el sol. // ¡Sencillez pura, / fuente del prado tierno de mi alma, / olor del jardín grato de mi alma/ canción del mar tranquilo de mi alma, / luz del día sereno de mi alma!"
(Juan Ramón Jiménez, "Sencillez", en Diario de un poeta recién casado, Ediciones Cátedra, Madrid, 2001, pág.273.)
En un mundo cada vez más complicado y complejo, donde es difícil poner el pie sin correr el riesgo de tropezar, es quizá necesario entonar este himno a la sencillez. Es lo que propone, con unos versos dulces y profundos, el gran poeta español Juan Ramón Jiménez (1881-1958), Nobel 1956 de literatura, que vivió mucho tiempo en Puerto Rico.
A menudo se confunde la sencillez con la simpleza, la memez y la credulidad. Evidentemente comporta ese peligro. Pero la genuina sencillez es naturalidad, llaneza, claridad, pureza.  
La sencillez es sobriedad en el hablar y en el hacer, es pureza de alma, es, a fin de cuentas, paz y alegría interior. En nuestros días, sin embargo, parece estar de moda, por un lado, la artificiosidad o la afectación y, por otro, la superficialidad que es solo una caricatura de la verdadera sencillez. Y así, el hablar oscuro y presuntuoso o la charlatanería y el vaniloquio. En cambio, como indica Juan Ramón repitiendo casi rítmicamente la expresión “de mi alma”, la sencillez auténtica es espejo de un alma transparente, nítida, serena, que irradia en torno a sí su luz. Intentemos, pues, conquistar esta cualidad del alma, que se parece a la luz del sol, al aire, al agua, realidades sencillas e inmediatas, pero ¡ay si faltan! (Ravasi)

viernes, 19 de agosto de 2016

Pensar y venerar



La felicidad suprema del pensador está en sondear lo sondable y venerar en paz lo insondable.

Fue uno de los más grandes poetas de todos los tiempos, Goethe, sobre todo por su Fausto. Pero también nos dejó Máximas y reflexiones, una de las cuales constituye el objeto de nuestra meditación de hoy. Son claras las dos vías que traza el gran escritor. La primera es racional: con nuestro pensamiento podemos “sondear lo sondable”. Es una aventura exaltante que implica no solo al cerebro sino también actuar sobre la materia, intervenir en los diversos fenómenos, crear obras de arte… Clarividente como siempre, es otro grande de la historia de la cultura, el filósofo Pascal, quien en sus Pensamientos observa: «El hombre está visiblemente hecho para pensar. En ello radica su fin y su esencia. Pero todo su deber es pensar como se debe». Precisamente el “pensar como se debe” lleva a descubrir la segunda vía. Frente al misterio, a lo “insondable”, el hombre debe detenerse y “venerar”. Esta adoración, que es fe, no es un simple cerrar los ojos sino dejarse llevar de la mano hacia horizontes que exceden nuestros pensamientos y nuestros esquemas. Comprender y creer no son, por tanto, dos vías alternativas u opuestas sino dos recorridos de distinta naturaleza que desvelan la verdad, que nos introducen en perspectivas diferentes de lectura que nos muestran las verdaderas posibilidades del hombre, pensar y venerar, como experiencias no antitéticas, sino en armonía entre sí. (Ravasi)

jueves, 18 de agosto de 2016

En el desierto




Quien se asienta en el desierto y se preocupa de la quietud de su propio corazón queda libre de tres batallas: con el oído, con la palabra, con la vista. Solo le queda un combate, el del corazón.

El 70% de la superficie terrestre está actualmente cubierto de desiertos áridos o glaciales. El proceso de desertización avanza a un ritmo apremiante y absorbe cada año 2000 km2 de tierra, una extensión equivalente a Luxemburgo. Pero, en muchas culturas, el desierto es un símbolo. Lo es, sobre todo, en la antigua espiritualidad de los llamados «padres del desierto». Al más célebre de todos, san Antonio, se le atribuye la frase que propongo hoy. La expresión “asentarse en el desierto” no se refiere a la típica postura de los beduinos, acuclillados, inmóviles en aquellas inmensidades solitarias. Es, sobre todo, sinónimo de “contemplación”. Entendida así, resulta clara la lección de san Antonio. Fácilmente se puede vencer en una triple lucha, cuando se vive en la soledad: el oído no se ensucia con palabras vanas y vacías, la boca no emite chismes y vulgaridades, la vista no tiene delante imágenes provocadoras y turbadoras. Pero no existe la calma perfecta. En realidad, hay que combatir la batalla del corazón. Del corazón fluyen –como ya decía Jesús– todas las intenciones perversas, y para esto no basta el silencio exterior, la mansa tregua durante estos días, para gozar de la paz interior. Tiene que comenzar, en cambio, un trabajo de purificación y de liberación del corazón, o sea, de la conciencia, para que vuelva a ser fuente de amor, de luz, de confianza, de pureza. (Cardenal Ravasi)

viernes, 5 de agosto de 2016

EL LUGAR DEL ENCUENTRO proyecto de educación afectivo-sexual

Es difícil pensar la educación sexual en una época en que la sexualidad tiende a banalizarse y a empobrecerse. Solo podría entenderse en el marco de una educación para el amor, para la entrega mutua”. (Papa Francisco, Amoris Laetitia 280).


El curso, “el lugar del encuentro, la aventura del amor” intenta ofrecer un itinerario de educación al amor que ayude a los jóvenes a descubrir la belleza de la entrega mutua y la búsqueda de la felicidad a través de la entrega del cuerpo y del espíritu. A través del lenguaje corporal, la sexualidad y los afectos se revelan como dinamismos para vivir una existencia en plenitud en la cotidianidad de la vida.
Se trata de los manuales más completos sobre sexualidad editados hasta la fecha por el Vaticano y han sido elaborados por la subcomisión española de familia de la Conferencia Episcopal, que preside el obispo Mario Iceta. 
Finalidad:  ¡Joven, inicia el camino de la aventura del amor!
Materiales: http://www.educazioneaffettiva.org/?lang=es
La web está totalmente disponible online gratuitamente en cinco idiomas. En el apartado “contáctanos”, el Vaticano ofrece la posibilidad a los jóvenes y a las familias de pedir consejos, sugerir ideas, expresar dudas y proponer nuevos materiales.

miércoles, 3 de agosto de 2016

CONSEJO DEL PAPA FRANCISCO. Misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud Cracovia 2016,

"En la vida sucede que apuntamos bajo en vez de a lo alto, nos puede ser de ayuda esta gran verdad: Dios es fiel en su amor, y hasta obstinado. Nos ayudará pensar que nos ama más de lo que nosotros nos amamos, que cree en nosotros más que nosotros mismos, que está siempre de nuestra parte, como el más acérrimo de los «hinchas». Siempre nos espera con esperanza, incluso cuando nos encerramos en nuestras tristezas, rumiando continuamente los males sufridos y el pasado. Pero complacerse en la tristeza no es digno de nuestra estatura espiritual. Es más, es un virus que infecta y paraliza todo, que cierra cualquier puerta, que impide que la vida se reavive, que recomience. Dios, sin embargo, es obstinadamente esperanzado: siempre cree que podemos levantarnos y no se resigna a vernos apagados y sin alegría. Porque somos siempre sus hijos amados. Recordemos esto al comienzo de cada día. Nos hará bien decir todas las mañanas en la oración: «Señor, te doy gracias porque me amas; haz que me enamore de mi vida». No de mis defectos, que hay que corregir, sino de la vida, que es un gran regalo: es el tiempo para amar y ser amado".

Los campos de la costumbre. Reflexión del Cardenal Ravasi.



Encontrarse, alejados de los campos de la costumbre, alejados de los surcos de lo cotidiano, alejados de las sendas de la confusión, alejados del ruido de mil voces, alejados de la dictadura de la cadena de montaje, alejados de los imperativos del proprio yo. Exponerse a la soledad de las montañas del corazón, exponerse a los abismos de la alegría, al cambio, a la llamada, al riesgo, al amor sin reservas.

Ciertamente se pueden abandonar tantos despojos y tantas escorias que nuestra civilización, hecha de ciudades, de máquinas, nos ha impuesto como librea necesaria. Quiero destacar, en el párrafo del comienzo, la breve frase «alejados de los campos de la costumbre». Sí, lenta, insensible, progresivamente la costumbre nos modifica. Se comienza cediendo un poco con la excusa habitual: «¿Qué hay de malo en esto?», convencidos siempre de poder detenernos a tiempo. Y, en cambio, la costumbre se robustece y luego se acepta todo como lo más normal. Por esto llega el momento en que hay que “alejarse”, romper el hilo, dejar aquel terreno siempre igual, para renacer y resurgir, para “exponerse al cambio”, para encontrar el coraje de la novedad y de la libertad. Intentémoslo también nosotros aprovechando estos días distintos de los habituales del resto del año.