viernes, 19 de agosto de 2016

Pensar y venerar



La felicidad suprema del pensador está en sondear lo sondable y venerar en paz lo insondable.

Fue uno de los más grandes poetas de todos los tiempos, Goethe, sobre todo por su Fausto. Pero también nos dejó Máximas y reflexiones, una de las cuales constituye el objeto de nuestra meditación de hoy. Son claras las dos vías que traza el gran escritor. La primera es racional: con nuestro pensamiento podemos “sondear lo sondable”. Es una aventura exaltante que implica no solo al cerebro sino también actuar sobre la materia, intervenir en los diversos fenómenos, crear obras de arte… Clarividente como siempre, es otro grande de la historia de la cultura, el filósofo Pascal, quien en sus Pensamientos observa: «El hombre está visiblemente hecho para pensar. En ello radica su fin y su esencia. Pero todo su deber es pensar como se debe». Precisamente el “pensar como se debe” lleva a descubrir la segunda vía. Frente al misterio, a lo “insondable”, el hombre debe detenerse y “venerar”. Esta adoración, que es fe, no es un simple cerrar los ojos sino dejarse llevar de la mano hacia horizontes que exceden nuestros pensamientos y nuestros esquemas. Comprender y creer no son, por tanto, dos vías alternativas u opuestas sino dos recorridos de distinta naturaleza que desvelan la verdad, que nos introducen en perspectivas diferentes de lectura que nos muestran las verdaderas posibilidades del hombre, pensar y venerar, como experiencias no antitéticas, sino en armonía entre sí. (Ravasi)

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