miércoles, 3 de agosto de 2016

Los campos de la costumbre. Reflexión del Cardenal Ravasi.



Encontrarse, alejados de los campos de la costumbre, alejados de los surcos de lo cotidiano, alejados de las sendas de la confusión, alejados del ruido de mil voces, alejados de la dictadura de la cadena de montaje, alejados de los imperativos del proprio yo. Exponerse a la soledad de las montañas del corazón, exponerse a los abismos de la alegría, al cambio, a la llamada, al riesgo, al amor sin reservas.

Ciertamente se pueden abandonar tantos despojos y tantas escorias que nuestra civilización, hecha de ciudades, de máquinas, nos ha impuesto como librea necesaria. Quiero destacar, en el párrafo del comienzo, la breve frase «alejados de los campos de la costumbre». Sí, lenta, insensible, progresivamente la costumbre nos modifica. Se comienza cediendo un poco con la excusa habitual: «¿Qué hay de malo en esto?», convencidos siempre de poder detenernos a tiempo. Y, en cambio, la costumbre se robustece y luego se acepta todo como lo más normal. Por esto llega el momento en que hay que “alejarse”, romper el hilo, dejar aquel terreno siempre igual, para renacer y resurgir, para “exponerse al cambio”, para encontrar el coraje de la novedad y de la libertad. Intentémoslo también nosotros aprovechando estos días distintos de los habituales del resto del año.

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